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Desde hace casi dos décadas, Concepción Ocádiz García ha tejido puentes entre las
personas y los libros, siempre convencida de que la lectura es una forma de libertad,
encuentro y transformación. Su camino como mediadora de lectura comenzó en un
espacio poco común: un centro penitenciario.

Allí, iba como voluntaria cargando libros, y descubrió aún más el poder reparador de las palabras y creador de horizontes. Concepción, además de comunicóloga, periodista y docente, convirtió la mediación lectora en un compromiso permanente.

Durante su labor como jefa de bibliotecas en Tulancingo, impulsó programas que acercaban los libros a comunidades diversas, siempre con la convicción de que leer no es una obligación, sino un acto de afecto y libertad. Actualmente, su trabajo se centra en adolescentes,

Siempre en constante profesionalización, tiene una veintena de diplomados, y cerca de 300 cursos, varios de ellos de Literatura, entre otros temas.

Concepción, ha sido reconocida como Mediadora de Gran Trayectoria por parte del
Programa Nacional de Salas de Lectura y UAM, donde se formó como Diplomada (2016),
acreditando los 8 módulos presenciales con maestros de grande talla como Antonio
Ramos Revilla, ha participado en varios encuentros a nivel estatal y nacional.

Su trayectoria refleja una vida dedicada a abrir caminos hacia la palabra hospitalaria, a construir lectores que se reconozcan en las historias y que encuentren en los libros una manera de comprender el
mundo y resignificarlo.

Ella es voluntaria y aunque ya no acude al penal desde hace muchos años, sigue fomentando el amor por los libros en su Sala de Lectura Catarsis, que es virtual y además itinerante. Mujer de retos y proyectos. Actualmente cursa su Doctorado en Educación; ésta ávida lectora además comparte con sus alumnos y con la gente que la rodea, muchas lecturas, también a través de la mediación virtual como FB o YouTube.

Trabaja en la adecuación de un espacio para que quede fijo como Sala de Lectura. Siempre ha creído que la vida es un eterno aprendizaje, y que lo mejor es compartir, además de tejer comunidades lectoras.